En el transcurso de la vida, de tantos ir y venir, había sentido un vació inexplicable sin poder descifrarlo. Ese vacío se llenaba con ascensos laborales, formación académica, compartir en pareja ó divertirme en viajes, parques, en fin, la vida social que todos hemos tenido en algún momento de la vida. Este tipo de estilo de vida la asociaba con la abundancia, pero a través de los años he descubierto desde lo más profundo del corazón un sentir que llena mis emociones, pensamientos y sensaciones plenamente y es: LA FAMILIA........ La que nos brinda la verdadera abundancia.
La abundancia es el SENTIR, el SENTIR una sincronía energética con tu familia, el SENTIR que eres bello a pesar que no estas en los estándares exigidos, el SENTIR que tienes mucho dinero cuando recibes un salario de $2.millones y que lo disfrutas, lo agradeces y lo compartes con tanta alegría como si fuera 2 millones de dolares, el SENTIR que tienes éxito en tu trabajo cuando eres una secretaria porque haces cada carta, cada correo, cada informe con amor, el SENTIR que estas aprendiendo algo nuevo en la universidad. Ese SENTIR es el principio de la la verdadera abundancia.
Pero donde desarrollamos o aprendemos el SENTIR?
La familia es la raíz, la base, el anclaje para relacionarnos con el planeta tierra, con lo material, con el cuerpo físico, las plantas, los animales y con los bienes materiales que usamos y administramos a diario. La familia nos enseña a sentirnos bien, tranquilos, a gusto en este plano, nos enseña a conectarnos con el corazón de la madre tierra y con nuestro propio corazón para que pase lo que pase, muévase lo que se mueva hay que estar firmes.
La familia nos enseña a perdonar, a compartir en la mesa, a reír, llorar, a estar juntos en los momentos difíciles, a tener compasión y abrazarlos cuando se obtiene logros materiales, académicos o laborales. Ese SENTIR sólo lo aprendemos en FAMILIA.
Cuando se honra la familia y se empieza una sanación familiar para trascender esos procesos que se han repetido generación tras generación, es cuando decides darle a tu SER un linaje diferente y una energía renovada que permite transformar aquello que no quieres repetir. Para lograrlo debes comprender con humildad las enseñanzas entregadas desde lo mejor que ellos han tenido para tí, así no te parezca. Al asumir con amor lo que no deseas repetir de tú linaje es cuando empiezas a cortarlo desde el ADN.
La familia nos enseña a perdonar, a compartir en la mesa, a reír, llorar, a estar juntos en los momentos difíciles, a tener compasión y abrazarlos cuando se obtiene logros materiales, académicos o laborales. Ese SENTIR sólo lo aprendemos en FAMILIA.
Cuando se honra la familia y se empieza una sanación familiar para trascender esos procesos que se han repetido generación tras generación, es cuando decides darle a tu SER un linaje diferente y una energía renovada que permite transformar aquello que no quieres repetir. Para lograrlo debes comprender con humildad las enseñanzas entregadas desde lo mejor que ellos han tenido para tí, así no te parezca. Al asumir con amor lo que no deseas repetir de tú linaje es cuando empiezas a cortarlo desde el ADN.
Al integrar la totalidad de la información energética y genética que requerimos para despertar nuestra propia abundancia; se nos abre los caminos para todo lo que hemos deseado.
Reconocerlos, respetarlos, honrarlos y amarlos como son, es el principio de la apertura de los regalos que el Universo tiene para tí.
Aprende a SENTIR tú familia como parte de tú SER y veras suceder milagros.
Inténtalo!!!!