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miércoles, 13 de abril de 2016

Adios al rencor

Dile adios a los rencores, un estudio realizado en 2008 mostró que las personas que no perdonan tenían más dolencias físicas en comparación con los que perdonan. Aferrarse a un resentimiento conduce a la enfermedad mental y física, depresión y enfermedades del corazón. Los estudios muestran una reacción en cadena en el cuerpo como resultado de la falta de perdón. Cuando una persona está llevando a cabo un resentimiento, la parte emocional comienza a afectar primero la parte psicológica de la persona y con el tiempo los músculos reaccionan a esta ocurrencia con tensión, especialmente en la cara. Poco después el corazón se ve afectado por la carga y la tensión elevando la presión arterial. Entre más energía negativa producida por el cuerpo, más el corazón reacciona.

Las investigaciones también afirman que cuando una persona está llevando a cabo un resentimiento, asume el modo de víctima, ensaya el delito en su mente repetidamente con el fin de sentir una sensación de control. En ese momento es percibido como algún tipo de beneficio emocional. Sin embargo, la celebración de el rencor equivale a comprometerse a permanecer enojado por la situación.

Perdona, deja ir. Libérate de ese peso que afecta tu corazoncito y no te permite ser feliz.