EL DÍA QUE EMPECÉ A QUERERME
El día que empecé a quererme, dejé de necesitar culpables. No tuve más necesidad de lanzar mis miedos a la cara de nadie. No fue preciso justificarme ni reprochar. Descubrí que la vida era inocente y no conspiraba contra mí.
El
día que empecé a tenerme en cuenta, de repente no estuve ni encima ni
debajo de nadie. Mis principios eran los míos. No necesitaba defenderlos
ni imponerlos. Ni siquiera precisaba perpetuarlos en el tiempo, porque
podía ir adaptándolos a mi crecimiento vital. Descubrí que no requería
aprobar ni ser aprobado.
El día que empecé a considerarme mi propia compañera, no volví a estar sola. Ya no fue necesario mendigar reconocimiento ni sacrificar mi esencia. Me liberé de la necesidad de sentirme arropado y, paradójicamente, encontré más abrazos que nunca. Descubrí que, en realidad, la soledad medía mi propia ausencia.
El día que empecé a decir no cuando lo necesitaba y sí cuando lo sentía, dejaron de ser importantes los asentimientos o las negaciones. Entendí, a un nivel profundo, que el respeto no era fidelidad inquebrantable. Descubrí que cada entrega incondicional, estaba ocultando múltiples condiciones.
El día que empecé a ser yo, tomé conciencia plena de que no sabía quién era. No fue preciso tener una respuesta elaborada o un plan fijo. No fue necesario, nunca más, poseer certezas plenas. Y desde esa ignorancia patrocinada, comencé a ser un poco más sabia. Descubrí, que cuando me permitía vaciarme, estaba abriendo espacio para poder llenarme de cosas nuevas.
Sé que me quedan muchos nuevos comienzos en muchos días nuevos. Cada uno de esos días, una parte de mí morirá para que otras den a luz.
El día que empecé a considerarme mi propia compañera, no volví a estar sola. Ya no fue necesario mendigar reconocimiento ni sacrificar mi esencia. Me liberé de la necesidad de sentirme arropado y, paradójicamente, encontré más abrazos que nunca. Descubrí que, en realidad, la soledad medía mi propia ausencia.
El día que empecé a decir no cuando lo necesitaba y sí cuando lo sentía, dejaron de ser importantes los asentimientos o las negaciones. Entendí, a un nivel profundo, que el respeto no era fidelidad inquebrantable. Descubrí que cada entrega incondicional, estaba ocultando múltiples condiciones.
El día que empecé a ser yo, tomé conciencia plena de que no sabía quién era. No fue preciso tener una respuesta elaborada o un plan fijo. No fue necesario, nunca más, poseer certezas plenas. Y desde esa ignorancia patrocinada, comencé a ser un poco más sabia. Descubrí, que cuando me permitía vaciarme, estaba abriendo espacio para poder llenarme de cosas nuevas.
Sé que me quedan muchos nuevos comienzos en muchos días nuevos. Cada uno de esos días, una parte de mí morirá para que otras den a luz.
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Tienes la oportunidad de mejorar tu vida a través de la guía de los Ángeles comprendiendo las etapas y los momentos que vives y has pasado; entendiendo el propósito de tu existencia y el de las personas que te acompañan; comprendiendo que cada ser es un maestro que te ayuda a entender e integrar aspectos que te hacen cada vez mejor, que te acercan más a tu propia luz; logrando así el crecimiento espiritual que en este momento deseas para tu vida. Aprende a reconocer lo que realmente debes entender para lograr una vida plena y feliz, salir de la depresión, superar duelos por muerte, separación, perdida de personas amadas, aprende a mejorar tus relaciones interpersonales y atraer a tu vida lo que realmente sueñas y anhelas, entendiendo que este planeta es abundancia logrando así abrir tus canales de receptividad y prosperidad. Ven y comienza este camino bien sea solo o en compañía de tu familia y amigos, TODOS tenemos la oportunidad de conocerlo y realizarlo. Guiando también a los niños y adolescentes en la superación de comportamientos no aptos y dándoles un acompañamiento para que ellos desde ya, puedan centrarse en ellos mismos y crear un proyecto de vida real que les permita tener una visión clara al futuro, desde la conexión con ellos mismo. Que Dios los Bendiga, en servicio y amor... NATALIA GARZON. CONSULTORIO: 312 7730982. cra 25 no 1 a sur 155 edificio platinum consultorio 1053 Medellín, Colombia info@ananda.com.co, healinghands.med@gmail.com